Si has perdido un diente y estás pensando en usar implantes dentales, es normal que te preguntes si será tan fuerte como un diente natural. Después de todo, nuestros dientes originales soportan años de masticación, mordidas y desgaste sin problemas. ¿Puede un implante ofrecer la misma resistencia?
La respuesta es interesante, y aquí te la explicamos de forma sencilla.
Los dientes naturales están recubiertos por esmalte, el material más duro del cuerpo humano, y su raíz está unida al hueso mediante el ligamento periodontal, que les da flexibilidad y ayuda a absorber impactos.
Por otro lado, los implantes dentales están hechos de titanio, un metal ultrarresistente y biocompatible que se fusiona con el hueso a través de un proceso llamado osteointegración. Esta unión es tan fuerte que, en muchos casos, un implante bien cuidado puede durar toda la vida.
Ahora bien, aunque el implante en sí es muy resistente, la parte visible, es decir, la corona que lo cubre, suele estar hecha de porcelana o zirconio. Estos materiales son muy duros y duraderos, pero pueden fracturarse si se someten a un impacto fuerte o si tienes hábitos como apretar los dientes (bruxismo). En este sentido, el esmalte natural de un diente tiene una mayor capacidad para resistir el desgaste diario.
Otro punto importante es la sensibilidad. Nuestros dientes naturales tienen terminaciones nerviosas que nos ayudan a regular la fuerza con la que mordemos. Los implantes, al no tener nervios, no pueden enviar estas señales al cerebro, lo que significa que podrías morder con más fuerza de lo necesario sin darte cuenta. Por eso, es clave cuidar la mordida y evitar presionar demasiado al comer alimentos muy duros.
Los implantes dentales son una opción increíblemente fuerte y duradera para reemplazar dientes perdidos, pero requieren ciertos cuidados para mantenerse en perfecto estado. Con una buena higiene oral, visitas regulares al dentista y evitando hábitos perjudiciales, un implante puede ser incluso más confiable que un diente natural. Así que si estás considerando esta opción, puedes estar tranquilo: con los cuidados adecuados, tu nueva sonrisa estará contigo por muchos años.